La noticia de que un objeto espacial, cósmico o artificial, había destruido varias casas en Buenos Aires, matando a una mujer y causando heridas a otras ocho personas, corrió ayer por la red a la velocidad de un meteorito. Pero todo parece indicar que se trató de una explosión de gas, que la supuesta foto del objeto es falsa y que un avispado bonaerense se aprovechó de la expectación causada por la caída de un satélite de la NASA para desviar la atención de una instalación ilegal.
La explosión en los edificios se produjo sólo dos días después de que el satélite artificial, descontrolado, se precipitara sobre el Océano Pacífico, cerca de Canadá, después de mantener en vilo a la comunidad internacional, puesto que no se tenía total certeza de dónde iba a impactar.
En Buenos Aires, tan sólo 48 horas más tarde, algunos vecinos de los edificios siniestrados aseguraron que habían visto una bola de fuego, azulada, caer del cielo momentos antes de la explosión. Un joven incluso facilitó la foto del supuesto meteorito o, quizás, otro satélite. La alarma corrió como la pólvora en las webs, aunque los expertos mantuvieron sus dudas, y las pruebas parecen que les dan la razón.
El investigador español en meteoritos Jesús Martínez Frías, del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) apunta que "si hubiera sido un meteorito se habrían encontrado fragmentos en los alrededores.
Tampoco en el sector aeroespacial daban credibilidad a la teoría de que pudo haber sido otro satélite artificial, de los miles que orbitan la Tierra.
Satélites desintegrados
Por otro lado, recuerda que los satélites artificiales suelen desintegrarse en fragmentos pequeños que, difícilmente, podrían provocar un desastre como el de las afueras de la capital argentina.
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