domingo, 13 de noviembre de 2011

Mentes prodigiosas

'Las edades del hombre'. | Neira (Centro San Juan de Dios)Edgar Allan Poe (1809-1849) dejó escrita una reflexión que hoy en día suscribirían algunos expertos: "Los hombres me han llamado loco; pero aún no está determinada la cuestión de si la locura es o no la más excelsa inteligencia, si mucho de lo que es gloria, si todo aquello que es profundo, no brota de la enfermedad del pensamiento, de modos de pensar exaltados respecto del intelecto general". Un estudio sueco acaba de mostrar que las palabras del escritor pueden ser ciertas.
Existen numerosos ejemplos de personajes célebres que han alimentado la creencia en un vínculo entre las enfermedades psiquiátricas y la creatividad. Se piensa que tanto Poe como Vincent Van Gogh (1853-1890) y Ludwig van Beethoven (1770-1827) padecían un trastorno bipolar. En cuanto a Isaac Newton (1642-1727), hay teorías que señalan que sufría la misma patología que los anteriores, pero también hay estudiosos que sostienen que lo suyo era esquizofrenia. Esta es la dolencia que aqueja al matemático y premio Nobel John Forbes Nash (1928), tal y como muestra la película 'Una mente maravillosa'.
Durante años se ha debatido si estos casos de creatividad desbordante son producto del propio trastorno mental o son fruto del azar. 'The British Journal of Psychiatry' publica en su edición de noviembre un estudio cuyo objetivo fue indagar si realmente existe esa asociación y si es el resultado del medio en el que se desenvuelve cada individuo o se debe a factores genéticos. Para ello, un equipo de científicos encabezado por Simon Kyaga, del Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska (Estocolmo, Suecia), rastreó los archivos suecos de personas afectadas por esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión entre 1973 y 2003, buscó sus ocupaciones en el registro de profesiones y las cotejó con las del resto de la población. En total, se evaluaron los datos de más de 300.000 sujetos.
La investigación mostró que las personas con trastorno bipolar y sus parientes más cercanos tenían una mayor representación que el resto de los ciudadanos en las profesiones creativas. En los que tenían esquizofrenia y sus familiares, no se observó ninguna diferencia en el subgrupo de dedicaciones científicas, pero sí en el de las ocupaciones artísticas. Sin embargo, la depresión no estaba especialmente relacionada con ninguna destreza concreta en el terreno de la música, la fotografía, el diseño, la ciencia, la literatura...
Los responsables del estudio consideran, por lo tanto, que han obtenido una prueba fehaciente de que, por una vez, la creencia popular corresponde a la realidad. Además, el hecho de que sus hallazgos se extiendan a los parientes indicaría que la creatividad y la patología tienen una base genética. No obstante, Simon Kyaga aclara que estos rasgos "no se deben sólo a los genes sino a una combinación entre éstos y el medio ambiente". En este sentido, el investigador ha revelado a ELMUNDO.es que su equipo está llevando a cabo un estudio destinado a averiguar "qué proporción de la creatividad se debe a los genes, así como a buscar los genes responsables tanto de esta capacidad como de la psicopatología".
Son numerosas las incógnitas que aún quedan por resolver. Por ejemplo, si los delirios, las paranoias y el resto de las percepciones que experimentan los enfermos mentales son los responsables de su talento creador. Aún no hay nada definitivo, pero sí numerosas teorías. "Uno podría imaginar una especie de motor creativo en el cerebro que, en las circunstancias correctas biológicas y ambientales da lugar al comportamiento creativo, pero en las situaciones anómalas lleva a una conducta psicótica. De algún modo, hay una línea muy delgada entre el genio y la locura", postula Kyaga.
La antropología y otras disciplinas también se han adentrado en este ámbito; de ahí surge la teoría de que la esquizofrenia aporta ventajas evolutivas. El investigador sueco explica esta posibilidad: "La creatividad podría ser la razón por la que la esquizofrenia todavía esta presente en la población [y no ha sido eliminada por la selección natural]", señala. Sin embargo, puntualiza que esta hipótesis "debe ser investigada más a fondo. Por ejemplo, comprobando si las personas creativas tienen una mayor tasa de fecundidad que contrarresta la reducida fertilidad en las que padecen esquizofrenia".

Escepticismo

A pesar de los hallazgos de los últimos estudios, muchos expertos siguen sin ver clara la cuestión. Su experiencia les muestra que "hay de todo, como en botica", según afirma Calixto Plumed, psicólogo del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos (Madrid). En su opinión, "los enfermos mentales no tienen una mayor creatividad". La citada institución, una de las más veteranas de España en la asistencia psiquiátrica, atesora una gran colección de cuadros, ilustraciones y fotografías realizadas por enfermos ingresados. La Real Academia Nacional de Medicina (RANM) acoge hasta el próximo 15 de diciembre una exposición con una muestra de esas obras.
Lo que sí reconoce Plumed es que, si algún afectado tiene cualidades, "las va a reflejar durante el proceso de la enfermedad aunque, al final, va a experimentar un deterioro". Es algo que también se da en muchos pintores sin patología psiquiátrica que, en la última etapa de su vida "pintan cosas raras". Así, algunos de los pintores de San Juan de Dios "tienen una última etapa similar a la de las pinturas negras de Francisco de Goya (1746-1828)".
Plumed también ha observado que, en general, la vocación de los artistas surge de un interés social por el mundo que les rodea. En cambio, en los enfermos mentales existen otras motivaciones: "Suelen plasmar cosas automáticas, lo que están viviendo, su propio yo y su preocupación o patología".
Aunque hay quien habla de 'arte psicopatológico', este psicólogo asegura que "esas palabras hay que quitarlas del diccionario; son obras de arte sin necesidad de calificativos". No obstante, señala que la pintura muestra diferentes rasgos de las personas con trastornos mentales. En el caso de quienes tienen un trastorno bipolar, durante la fase depresiva suelen pintar "escenas de tristeza y culpabilidad, en las que predominan los oscuros". En la fase de euforia se vuelcan en "temas megalomaniacos, escatológicos, eróticos...".
En el Centro San Juan de Dios, el arte se utiliza como instrumento de apoyo en el diagnóstico y como terapia ocupacional. "La exposición pretende demostrar que esta actividad dignifica la labor de los pacientes y su trabajo rehabilitador que culmina con su integración social", asevera Plumed.

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