Exhibicionismo, fetichismo, sadismo, travestismo... Una parafilia (del griego 'pará': al margen de, y 'filía': amor) es un patrón de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra cosa o actividad que lo acompaña. Y parece que un alto porcentaje de estudiantes universitarios mira con 'buenos ojos' algunas de estas conductas e, incluso, las practica.
Esta es una de las principales conclusiones de un estudio llevado a cabo por Tamara Moreno Blanco y Viñuelas Reviña, de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid. Un total de 100 universitarios (76 mujeres y 24 varones) de entre 17 y 19 años han participado en él. El objetivo: conocer las opiniones acerca de las parafilias y la realización de prácticas sexuales no convencionales entre los estudiantes.
Tal y como recoge la revista 'Cuadernos de Medicina Psicosomática y Psiquiatría de Enlace', todos los participantes rellenaron cuestionarios en los que se recogían datos como la preferencia sexual, el número de relaciones mantenidas en los últimos seis meses, además de preguntas sobre conductas parafílicas o sobre la opinión personal de ellas. cada uno sobre las mismas. "Las parafilias son conductas que difieren en la expresión de la excitación y la respuesta sexual ante una actividad infrecuente e, incluso, extraña. Por eso se las puede considerar conductas atípicas porque no reflejan las conductas desarrolladas por la gran parte de la población", insisten las investigadoras.
Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), reconoce que hay diferencia "entre las personas que de manera puntual incorporan alguna de estas prácticas en sus relaciones sexuales como un elemento para romper la monotonía y las personas que únicamente o mayoritariamente necesitan de estas conductas para excitarse sexualmente, ya que, si no, no lo consiguen".
Ellos, más propensos
Los estudios demuestran que son más frecuentes en los hombres que en las mujeres, "a excepción del masoquismo, cuya prevalencia es de 20 hombres por cada mujer que la lleva a cabo. El resto de parafilias no se suelen diagnosticar en el sexo femenino", documenta el trabajo.
Los datos revelan que el 94% de los universitarios reconoció que su preferencia sexual más habitual era la heterosexual, mientras que un 6% admitió ser bisexual. Además, la media en la frecuencia de contactos sexuales fue de una a dos veces por semana.
En cuanto a la práctica de actividades distintas, "exhibirse desnudo delante de personas desconocidas" y "emplear objetos en las relaciones sexuales no destinados a ello", son las más realizadas.
A la doctora Molero los resultados no le sorprenden "porque existe una mayor permisividad social en cuanto al número de prácticas sexuales así como en la incorporación de 'juegos' en las relaciones. De hecho, el fetichismo es una de las parafilias más frecuentes y más toleradas, no hay más pensar en los zapatos de tacón o la ropa interior tanto femenina como masculina".
Esta especialista reconoce que el "sadomasoquismo 'blando' es también una práctica común cuando hace referencia, por ejemplo, a la ropa. Se trata, más que nada, de una puesta en escena que se incorpora al momento sexual como parte de un juego. Y no debemos olvidar que no es lo mismo valorar una conducta que practicarla. De hecho, es más frecuente entender que pueda llevarse a cabo una conducta que querer realizarla".
La fantasía de la dominación
Otros resultados que ofrece en ensayo hacen referencia a que el 96% considera muy criticable la pedofilia, mientras que están mejor consideradas el fetichismo, el exhibicionismo y el travestismo.
Son, además, los hombres los que más actividades parafílicas practican, concretamente: "mirar a otras personas desnudas sin su consentimiento o realizando actividades sexuales", así como "humillar, golpear y atar a la pareja durante el encuentro sexual".
En este sentido, la directora del Instituto de Sexología de Barcelona defiende que "una de las fantasías sexuales más frecuentes es la de dominación. Una de las imágenes que más he oído en las mujeres es aquélla en la que ella es sorprendida por un hombre que la inmoviliza, un hecho que no se debe confundir con forzar a alguien".
Cree que una de las razones por la que los jóvenes de hoy son más permisivos con las parafilias está en los "cambios sociales y culturales de los últimos años. Influye además la reafirmación de la sexualidad femenina que ha supuesto un motor de cambio. Los sentimientos de culpa en torno al sexo han dado paso a los de tener derecho al placer".http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/24/noticias/1322162528.html
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