El mayor estudio realizado hasta el momento, a nivel internacional, con datos sobre la enseñanza de las Matemáticas desde la escuela, ha tirado por tierra uno de los grandes mitos educativos, que consistía en que las mujeres tienen una menor predisposición hacia obtener grandes logros con los números que el sexo masculino debido a una diferencia biológica.
Los investigadores, según publican en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS) han probado estas hipótesis con datos de 86 países y no han encontrado que se sustenten con una base científica, como asegura Janet Mertz, una de las firmantes del trabajo, de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Lo que ha encontrado son factores sociales y culturales que influyen en las diferencias entre sexos que se aprecian, pero no físicas.
El 'mito' en torno a las posibles diferencias biológicas tomó alas en 2005, al ser argumentado, en 2005, por Lawrence Summers, entonces rector de la Universidad de Harvard. Así justificó la escasez de grandes matemáticos entre las mujeres.
Con los datos internacionales, los autores de Wisconsin observaron que la mayor presencia masculina en grandes logros relacionados con las Matemáticas no están presentes en algunos países y en otros tienen bajas notas, por lo que se relaciona más con la cultura que con factores fisiológicos.
Los datos proceden de un estudio realizado en 2007 y otro en 2009, ambos de carácter internacional. "Durante muchos años se han hecho investigaciones sobre este tema sin contar con los países no occidentales que ahora si se han incluido, ofreciendo un panorama más intercultural", explica Mertz.
Mujeres, fuera del sistema
También se echa por tierra el trabajo de Steven Levitt, que sugirió que la cultura musulmana, donde los alumnos se separan por sexos, beneficiaba el aprendizaje de las chicas. "Las muchachas que viven en algunos países de Oriente Medio, tales como Bahrein y Omán, no sacan buenas notas, pero los resultados de los chicos son aún peores, por lo que no tiene que ver el hecho de estudiar en clases de un solo género", argumentan los autores.
Más bien, señalan que los alumnos de Bahréin sacan calificaciones malas porque acuden a escuelas religiosas cuyos planes de estudios incluyen pocas clases de Matemáticas. Además, muchas chicas acaban dejando la escuela, por lo que la cifra de las que acuden no es representativa de toda la población. "Por ello, pensamos que es más razonable atribuir diferencias en funcionamiento de las matemáticas sobre todo a los factores sociales específicos de cada país", señala Kane.
Para la situación de varones y mujeres en cada país, los autores confiaron en un índice estadístico de géneros que los compara en función de renta, educación, salud y participación política. La conclusión es que los logros en las matemáticas son iguales en los países donde hay más igualdadentre ambos sexos.
Incluso entre los países ricos, los logros son más similares en aquellos donde la participación y el sueldo de las mujeres es más equitativo. "Tiene sentido que cuando las mujeres son instruidas y ganan un buen sueldo, salgan ganando sus hijos a la hora de hacer cálculos matemáticos, al margen de su sexo", agrega Mertz.
Los resultados de este trabajo no apoyan la propuesta de crear clases de matemáticas separadas por sexos, como se ha planteado en algunos foros. En su lugar, Mertz y Kane recomiendan aumentar del número de profesores de Matemáticas en las escuelas, y a la vez disminuir el de niños que viven en la pobreza. "Estos cambios sí ayudarían a que todos los niños tuvieran una oportunidad de tener éxito", argumenta Mertz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario