lunes, 23 de enero de 2012

Adiós a la cicatriz de la operación de tiroides



¿Le han operado alguna vez de tiroides? ¿Ha sufrido al comprobar que, después de la operación, le ha quedado una cicatriz en el cuello? Pues ahora esto puede convertirse en un problema del pasado. La tecnología avanza y un equipo de cirujanos de la Clínica Universidad de Navarra ha aprovechado las nuevas técnicas para aplicarlas a la cirugía de tiroides. Así, cada vez que se mire al espejo, no tendrá que recordar su paso hospitalario en forma de cicatriz en la garganta.
Para hacer frente a este problema, un grupo de especialistas en el área de Patología Tiroidea han aprobado con nota las primeras tres intervenciones en España en las que han utilizado el robot Da Vinci, un sistema que permite intervenir a pacientes con problemas en la glándula tiroidea a través de la axila, evitando operar directamente en la garganta y, con ello, que pueda quedar una antiestética cicatriz.
La técnica, originaria en Asia, ha empezado a exportarse al mundo con bastante rapidez. "Hace años que en países como Japón o Corea -que por su cultura las cicatrices en la garganta están mal vistas- se interviene a través de la axila, pero ahora con esta nueva tecnología se consigue simplificar esa operación de forma notable. Después de Asia, dio el salto a EEUU hace un par de años y ya cuenta con más de 1.500 pacientes que han sido intervenidas con esta nueva tecnología. Ahora llega a Europa y nosotros hemos sido los primeros en aplicarla en España", comenta a ELMUNDO.es el doctor Juan Alcalde, especialista en Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra.
"Ciertamente, aunque en general el resultado estético que la cirugía convencional deja en el cuello es aceptablemente bueno, alrededor del 5% de los pacientes desarrolla una cicatriz hipertrófica -es decir, el crecimiento exagerado del tejido cicatricial- u otro tipo de señales con el deterioro estético que esto conlleva", explica el doctor Alcalde.
Esta técnica transaxiliar está indicada principalmente para la extirpación del bocio nodular (es decir, cuando aumenta el tamaño de la glándula tiroides por la presencia de nódulos en su interior), de carcinomas foliculares de tiroides inferiores a dos centímetros, y de aquellos afectados por hiperparatiroidismo, una patología que se produce cuando hay una segregación anormalmente mayor de la hormona paratiroidea.
"En estos casos, y aunque en la actualidad hay una apuesta importante por la cirugía tiroidea mínimamente invasiva, lo cierto es que a la hora de tener que extraer de forma parcial o total de glándula tiroides, con Da Vinci nos ahorramos cualquier cicatriz en la garganta y, además, gracias a la precisión de este robot, la intervención se realiza con una única incisión en la axila", indica el doctor Alcalde.

Sabiduría asiática

¿Cómo se puede operar un problema de tiroides a través de la axila? La idea es realizar una incisión de unos seis centímetros que quede oculta en los pliegues de la axila. Una vez hecha la incisión, los especialistas alcanzan la región cervical y tiroidea guiándose por la visualización del equipo robótico. Pero no sólo del robot vive la nueva cirugía. Los especialistas también cuentan con una serie de instrumentos diseñados especialmente para este tipo de cirugía, como es el caso del bisturí 'harmónico', que consigue dividir y sellar las estructuras vasculares.
Eso sí, una de las desventajas es el tiempo. El doctor Alcalde advierte que este tipo de cirugía dura entorno a una hora más que la convencional, "simplemente porque el recorrido quirúrgico que va desde la axila hasta la glándula tiroides es más largo", aunque añade: "El tiempo depende también de la operación que haya que hacer. Así, por ejemplo, lo que se tarda quirúrgicamente en la extirpación de la glándula tiroides, en los casos en los que se elimina la mitad de ella, es similar al empleado en la técnica clásica".
Otra diferencia es la de los precios. Si una intervención clásica en la que hay que extraer la mitad de glándula cuesta en la Clínica Universidad de Navarra unos 5.000 euros -entre consulta, todo tipo de pruebas, la operación y la hospitalización-, utilizando esta nueva técnica los costes alcanzan los 9.000. En el caso de que hubiera que realizar una extracción completa, el precio llegaría a los 11.000 euros nuevamente 4.000 euros de diferencia que con la técnica clásica, según comentan fuentes de la Clínica Universidad de Navarra.
No obstante, desde la Clínica Universidad de Navarra se indica la gran seguridad de esta técnica, "que no implica ningún riesgo extra a la operación tradicional, sobre todo porque para llevarla a cabo es necesario que el equipo de cirujanos posea una amplia experiencia en cirugía de glándula tiroides" y, según los especialistas, se evita "la necesidad de introducir gas, tal y como se precisa en las técnicas laparoscópicas, quizá los procedimientos más utilizados hoy en día por los cirujanos y que también evita las grandes incisiones en las cirugías tradicionales", señala el doctor Alcalde.

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