Cómo podemos ser más felices
- Realizar diversas y variadas actividades genera un mayor nivel de satisfacción
- Establecer metas a corto plazo y buscar apoyos fomenta más bienestar
- Las personas positivas tienen un menor riesgo de sufrir ciertas enfermedades
El estrés de los atascos diarios, el miedo a la crisis económica, el cansancio al llegar a casa del trabajo y tener que atender las múltiples necesidades de los hijos... Son situaciones que merman cada día el bienestar individual y, con ello, la salud. Pero, ¿de qué manera podemos aumentar nuestra felicidad? ¿Es el dinero la clave de nuestro optimismo?¿Tenemos herramientas para mejorar nuestro humor?
Numerosos estudios avalan que detrás de muchas enfermedades se encuentran el estrés y la infelicidad: Aquellos que son optimistas sobre su salud tienen una menor incidencia de mortalidad cardiaca, menos riesgo de sufrir un infarto cerebral, se adaptan mejor a las situaciones o siguen una dieta más equilibrada. Razones importantes, además de generar un mayor bienestar, por las que se quiera aumentar el nivel de felicidad.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de mejorar nuestro estado de ánimo? "Cuando alguien está negativo, no deprimido, sino que está de bajón, lo mejor es activar tanto la mente como el cuerpo. Se recomienda hacer deporte porque cuando el cuerpo está ejercitado permite a la gente estar más relajado y se vincula con menos enfermedades", afirma Mónica Pereira, especialista en Psicología Positiva.
No obstante, todos los expertos señalan que lo fundamental está en la cabeza. "Las expectativas son fundamentales a la hora de ser feliz. Van cambiando de dos formas: o nos adaptamos, de manera que éstas son simplemente aquello a lo que estamos acostumbrados, o nos comparamos con los demás, de forma que esperamos conseguir lo que tienen los otros. O dicho de otra manera, la felicidad es igual a lo que tengo hoy menos lo que tenía antes", explica Manel Baucells, catedrático del departamento de economía y empresa de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y autor del libro 'La fórmula de la felicidad' (Planeta).
Realidad y expectativas
Sin embargo, tal y como apunta Baucells, las expectativas no son fáciles de controlar. "El cerebro se adapta al entorno y nos acostumbramos a todo. Un ejemplo es lo poco que apreciamos los ordenadores, el correo electrónico o el teléfono. Si pensaras que estos avances no existen imagínate el shock. No se valoran, de lo contrario la gente estaría todo el tiemo dando saltos de alegría".
¿Y qué podemos hacer para cambiar nuestra forma de ver la vida y aumentar así la felicidad? "Debemos buscar apoyo en nuestro entorno porque, en el caso de que necesitemos ayuda, no vamos a estar solos. Otro factor que nos aumenta el nivel de felicidad es hacer cosas por los demás, que puede ir desde acompañar a tu madre a la compra o apuntarte a una ONG. Y otra cosa fundamental es agradecer las cosas que tienes, tanto a los demás como a ti mismo, premiarte por ello", explica Pereira.
Baucells ofrece recomendaciones más adaptadas a la tónica de su libro que él define como "un poco ingenieril" y que están en relación a las leyes de la felicidad que argumenta en el manual. "Siempre hay que buscar recorridos que vayan de menos a más, porque de esta manera se va a encontrar una sorpresa positiva en el camino. Por ejemplo, si vas de viaje aconsejo que se deje para el final las mejores cosas, porque de esta manera no nos acostumbraremos a lo bueno y nuestras expectativas irán a más", afirma.
Otro consejo es cuidar los bienes básicos, como la comida, la salud, el sexo o las relaciones sociales. "Nunca se debe abandonar estos bienes por bienes adaptativos, como es el dinero, tener una casa mejor, etc.", aclara Baucells.
Un tercer paso en la búsqueda de la felicidad para este escritor sería "el desarrollo de actividades que acumulen, que vayan sumando. Como aprender un idioma nuevo, trabajar en una organización que trascienda...". Porque como base para el bienestar se encuentra la variedad de actividades que realizamos.
Un cambio de perspectiva
Pero estos consejos quizás sean insufientes para frenar la negatividad en el momento de crisis económica que vivimos en España. ¿Se podría hacer algo más?
Mónica Pereira tiene claro que lo fundamental es cambiar el prisma. Durante un tiempo estuvo realizando un taller con personas paradas de larga duración para mejorar su bienestar emocional y los consejos parecieron dar fruto. "De las 12 personas que realizaron este taller, cinco no lo completaron porque antes encontraron trabajo. Tengo claro que la clave está en el cambio de actitud".
Esta psicóloga tiene por lema que 'en situación de crisis puedes decidir llorar o vender pañuelos'. "Hay que hacer cosas diferentes, no puedes quedarte enganchado al malestar. Por eso es importante ayudar de alguna manera a los demás, porque produce bienestar, y salir con los amigos, aunque sea a caminar y hablar. Creo que en España se estaba perdiendo el valor de estas pequeñas cosas que son gratuitas y se había reforzado sobre todo la idea de que el dinero lo compraba todo".
En sus talleres, entre otras recomendaciones, intentaba que el parado pensara de otra manera. "Les decía que pensaran que en otro momento conseguirían un mayor salario pero, que por ahora, eso no podía ser así. O que buscaran las habilidades que cada uno tiene más allá del trabajo que habían hecho hasta ahora. Hay gente que tiene aficiones de toda la vida, que le peuden valer para encontrar otro tipo de trabajo. Hay que buscar en otros ámbitos, mirar para adentro y ver qué puedo hacer".
Tanto esta especialista como Baucells insisten en que hay que ver la situación como algo temporal. Además, "que, tarde o temprano, nos adaptaremos a la nueva situación y seremos más o menos igual de felices. Porque aunque creo, y diferenes estudios así lo avalan, que el dinero sí da la felicidad, su efecto es moderado. Por otro lado, si hay crisis es mejor hacer los recortes pronto, que no se prolongue la situación, para ir de menos a más", señala el experto catalán.
Y si lo que falta no es el trabajo sino todo lo contrario, es decir, si se tiene demasiado trabajo porque 'hay que apretarse el cinturón', Pereira recomienda potenciar la vida fuera del puesto laboral. "Hay que visualizar que te quitas el uniforme del trabajo y te pones otrocomo el de hijo, madre, amigo, etc. Habrá gente a la que le cueste, pero hay que darte tus espacios y centrarte en las cosas positivas de tu entorno familiar y social", afirma esta psicóloga. Como reconoce Baucells, "el estrés del trabajo disminuye la felicidad también es cierto que no tenerlo la reduce mucho más".
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