Caminar por el río Ucayala, que forma parte de la cuenca del Amazonas, en Perú, puede deparar sorpresas inesperadas. Ha sido allí donde un equipo de paleontólogos encontraron un buen número de fósiles de un roedor que tiene, al menos, 41 millones de años de edad, lo que hace de la especie la más antigua de América del Sur y retrasa en 10 millones de años la aparición de estos mamíferos en este continente.
El análisis de los dientes sirvió para determinar que se trataba de ratas y ratones, por cuyos tamaños se les ha relacionado con roedores africanos, lo que confirmaría que su origen está en el continente negro, según aseguran los investigadores en la revista 'Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences', donde han publicado el hallazgo.
El equipo de Darin Croft, profesor en la Case Western Reserve University (EE.UU.) y firmante del trabajo, señala que su descubrimiento apoya la hipótesis de que los roedores llegaron a América por el norte y se extendieron hacia el sur.
En concreto, los fósiles corresponden al suborden 'Caviomorpha', un grupo que incluye a especies actuales, como los conejillos de Indias, las chinchillas, y los puercos espines de nuevo mundo. Hasta ahora, los fósiles más antiguos conocidos eran de hace 32 millones de años (se encontraron en el centro de Chile) y 30 millones (en Argentina).
Su estudio conjunto revela que su expansión no fue hacia el norte, como se pensaba hace dos décadas y también hace retroceder en el tiempo su llegada a América.
Fue Pedro-Olivier Antonio, paleontólogo en la Universidad de Montpellier (Francia), quien pidió a Croft que se uniera al equipo de científicos que desde 2008 recorrían la región buscando fósiles, siguiendo la descripción del área que un profesor de Harvard, Bernhard Kummel, hizo en 1948. Kummel ya entonces mencionaba que había fósiles en la cuenca del Ucayali, pero nadie lo había investigado.
En tres viajes, entre 2008 y 2010, el grupo de Antoine encontró fósiles cuando el nivel del agua estaba más bajo. Un estudio geológico demostró que había capas de roca, incluida la que contenía los fósiles, que habían sido empujadas hacia arriba por movimientos internos, formando un arco, de forma que las que antes estuvieron horizontales ahora se detectaban casi verticales. Así que, en lugar de excavar en busca del pasado, los científicos se encontraban el sedimento fósil navegando por el río. Siguiendo la corriente, era un viaje a tiempos remotos.
El recorrido se topó con ceniza entre partículas de limo, en una extensión de 47 metros, que determinaron que tenía unos 41 millones de años, utilizando técnicas de datación con argón. Es una fecha que coincide con la de estudios genéticos que se han hecho a roedores vivos en África y Sudamérica y que demostrarían que su origen es común.
Viaje en una balsa vegetal
Los roedores, según este trabajo, habrían viajado hasta Sudamérica en un momento climático óptimo, a mediados del Eoceno. Por entonces, según creen otros investigadores, un roedor africano habría logrado cruzar el océano en una balsa vegetal y habría llegado hasta el nordeste de Brasil en una o dos semanas.
Nunca podrá saberse si existió ese valiente, pero sí que los dientes son muy similares entre los roedores de las dos orillas del Atlántico. Y quecomían semillas y plantas blandas, como los pequeños roedores actuales.
Pero además de los roedores, de los géneros 'Eobranisamys' y 'Eospina', se encontraron otros mamíferos, como marsupiales, armadillos y ungulados. Parecen estar relacionados con especies de hace entre 45 y 35 millones de años encontrados en otras zonas del continente, pero están demasiado fragmentados como para confirmar si son las mismas.
Mientras que el sur de Patagonia se ha investigado mucho, en el resto de Sudamérica hay pocos yacimientos de mamíferos, por lo que Croft cree que el futuro podría deparar muchas sorpresas, aunque no serán mucho más antiguas.
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