Tienen 17 y 18 años pero cuesta creerlo cuando se les escucha hablar de sus respectivos proyectos con el detalle y la terminología que cabría esperar de un estudiante de doctorado. Glòria Macià, estudiante de la Escola Industrial d'Arts i Oficis de Sabadell, ha creado un software capaz de calcular la evolución de una característica genética en una población determinada.
Su interés en este campo surgió al leer una noticia sobre dos padres de raza negra que habían tenido un hijo de piel blanca. A partir de ese caso trató de crear un modelo para entender cómo se dispersan rasgos genéticos a lo largo de los años, aprendió programación y creó un software para poder visualizar el proceso.
"Cuando comencé el proyecto no sabía muy bien donde me llevaría, pero el software tiene muchísimas aplicaciones. Podría usarse en empresas que creen biocombustible a partir de algas, por ejemplo, para determinar cuáles son más productivas y cómo evolucionarán con el tiempo", asegura mientras cambia los diferentes parámetros en el ordenador. Al proyecto le ha dedicado todo un año.
La pasión de Adrià Arbués, estudiante del INS Vilatzara en Vilassar de Mar, era el baloncesto. Hace dos años decidió crear una pizarra electrónica para entrenadores que él mismo usa en sus partidos. Como dispositivo físico la pizarra puede utilizar cualquier tableta, "salvo el iPad, porque lo he desarrollado en flash y no es compatible", dice. El programa permite dibujar las diferentes líneas de movimiento para los jugadores de forma sencilla y mucho más práctica que una pizarra tradicional.
Españoles en un encuentro internacional
Los dos son los primeros representantes de España en la Intel International Science and Engineering Fair (ISEF) una competición internacional que este año se ha celebrado en la ciudad de Pittsburgh y que ha reunido más de 1.500 proyectos científicos en 17 áreas que van desde las matemáticas hasta la ingeniería y la biología del comportamiento. Ambos lograron la plaza al ganar la competición Exporecerca en Barcelona, la única que la Society for Science and the Public (SSP), organizadora del evento, reconoce como ronda clasificatoria en nuestro país.
"Estos jóvenes no son 'aprendices' de científicos. Son ya científicos y muchos presentan proyectos con un grado de investigación y calidad similar al que se puede esperar de una tesis doctoral", asegura Wendy Hawkins, directora de la fundación Intel.
La competición reparte más de tres millones de dólares en premios y becas y abre la puerta a las principales universidades de EEUU. "Los proyectos son juzgados por un equipo internacional de grandes investigadores y los candidatos tienen que poder defender su investigación ante ellos. Para muchos es la primera oportunidad de tratar con un doctor en un campo determinado", asegura Hawkins.
ISEF funciona también como la final de la competición nacional de ciencia de educación secundaria estadounidense, lo que explica que dos tercios de los participantes sean de los diferentes estados. "Los estudiantes estadounidenses vienen muy preparados, tienen muchos más medios y hacen este tipo de ferias con frecuencia. Además hay mucha presión para poder entrar en universidades de prestigio", comentan Glòria y Adrià. En esta edición han participado estudiantes de 68 países pero el objetivo de la fundación es abrir la competición a más nacionalidades.
El proyecto de Glòria, titulado 'Análisis y simulación de la pigmentación humana desarrollando un modelo basado en el individuo' ha sido seleccionado como uno de los terceros premios, dotado con una beca de 1.000 dólares. El ganador de este año es un joven estadounidense del estado de Madison, Jack Andraka, que ha desarrollado un método para detectar cáncer de páncreas en los primeros estados de desarrollo mediante el análisis de la orina. Su método es 28 veces más barato y rápido que las técnicas de detección actuales y tiene un 90% de eficacia. ¿Su edad? 15 años.
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