domingo, 20 de mayo de 2012

A vueltas con el café


Una taza en un café madrileño.| Máximo García de la Paz
Una taza en un café madrileño.| Máximo García de la Paz
El café, como muchos de los alimentos que consumimos habitualmente (el aceite de oliva, los pescados azules, los lácteos, los huevos y un largo etcétera) ha sufrido a lo largo de la historia reciente movimientos pendulares en la percepción de sus propiedades; oscilando, según las épocas, entre dañino a beneficioso según los resultados cambiantes de las publicaciones científicas.
En la más reciente publicada -en 'The New England Journal of Medicine'-, el café, en sus diferentes versiones de normal o descafeinado, se erige como factor protector contra la mortalidad total y la mayor parte de las enfermedades más comunes, con la única excepción del cáncer. El estudio supera en calidad numérica a publicaciones previas ya que los investigadores siguieron a unos 400.000 sujetos por un periodo de 15 años durante el que se produjeron más de 50.000 muertes. Su diseño es prospectivo observacional, y esto último hace que no pueda haber realmente prueba de causalidad como la encontraríamos en un estudio de intervención.
De ahí que debamos tomar los resultados con precaución ya que la experiencia demuestra que raramente los resultados de un estudio observacional, sea con el nutriente que sea, se confirman cuando se aplica el rigor y la evidencia científica de un estudio de intervención randomizado.
En este caso se da la circunstancia curiosa de que los resultados son diametralmente opuestos dependiendo de cómo se lleven a cabo los análisis. Inicialmente el consumo de café se asoció con un riesgo mayor, pero eso se debía a que el consumo de café coincidía con una dieta peor y un consumo más elevado de tabaco. Solamente tras corregir o ajustar esos factores de confusión es cuando emerge la protección del café.
Otro aspecto preocupante es el hecho de que el consumo de café solo se recogió una vez, al principio del estudio y a través de un cuestionario con todas las deficiencias de información más precisa que se hubiera necesitado conocer, incluyendo una manera precisa de medir el consumo de café normal o descafeinado y la manera de preparación, algo muy importante para dar más pistas acerca de qué componentes del café podrían ser responsables del efecto y poder avanzar en los mecanismos.

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